Hemos de ser sinceros, no se ha conseguido ganar esta lucha. Evidentemente no haber conseguido los objetivos planteados en la huelga, no ha sido culpa de los trabajadores de Majadahonda, quienes han mostrado una actitud de lucha, entrega y sacrificio irreprochables. Con esta huelga, nuestros compañeros de Majadahonda han causado más quebraderos de cabeza a la dirección que la política de paz social que los sindicatos firmantes del III Convenio han mantenido tantos años. Por tanto, los análisis y lecciones sobre esta huelga deben ser analizados y comprendidos en un contexto empresarial y sindical que ha sido rotundamente adverso desde el principio. En primer lugar, insistimos en que la actitud de la actual dirección de Correos se basa en la más absoluta intransigencia y en un continuo desprecio hacia los trabajadores. La dirección territorial no solo se ha negado a dialogar desde el principio, sino que no ha dudado en intentar desactivar los efectos de la huelga con todo tipo de actos de esquirolaje ilegales, que han sido denunciados en la inspección de trabajo y los juzgados.
Desgraciadamente, no solo tenemos que hablar de la dirección. También tenemos que señalar a las direcciones del Sindicato Libre, UGT, CCOO y CSIF, cuyo apoyo a los trabajadores de Majadahonda ha brillado por su ausencia. Ante la mayor huelga de Correos en la Comunidad de Madrid en décadas, han mirado para otro lado sin ni siquiera reunir al Comité de Empresa para posicionarse. Diferentes medios de comunicación locales, provinciales y estatales se han hecho eco de la noticia. Pero no hemos visto si quiera un comunicado público de estos sindicatos para mostrar si quiera apoyo moral a la huelga. Los trabajadores de Majadahonda han recibido numerosos mensajes de apoyo de decenas de organizaciones políticas y sociales, han recibido considerables donaciones solidarias a la caja de resistencia por parte de organizaciones ajenas a Correos (Izquierda Unida, Podemos, etc) pero desgraciadamente ninguna aportación de los sindicatos antes mencionados. En un momento de reestructuraciones en todo Madrid, cuando todo el mundo entendía que si ganaba Majadahonda ganábamos todos, no dar un apoyo decidido a esta lucha ha sido un tremendo error de consecuencias nefastas para los trabajadores, que da alas a la dirección en sus bestiales planes de reestructuración.
Desde CGT queremos dar las gracias a todos los que han apoyado a los trabajadores de Majadahonda. El fin de esta huelga, no es el fin de la lucha, porque los ataques continúan. No nos rendimos, y seguimos pensado que la lucha sirve, porque sin luchar es cuando la derrota está asegurada. Nadie puede mirar para otro lado porque nadie está a salvo del deterioro de nuestras condiciones de trabajo. CGT va a continuar apostando por multiplicar las resistencias contra las reestructuraciones y agresiones a nuestros derechos laborales. Sabemos que es muy complicado que los trabajadores de un solo centro de trabajo venzan. Por este motivo es más necesario que nunca escoger la opción de la lucha colectiva, la extensión de la movilización, actuando unidos de una forma solidaria, combativa y coordinada.
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