Como ya hicimos público, en la 2ª reunión oficial de la mesa de negociación del IV convenio colectivo, se desprende la intención de la empresa de que el nuevo convenio no tenga cláusula de ultraactividad. ¿Qué significa esto? Que el convenio colectivo tendría un plazo máximo improrrogable de vigencia y eficacia. Una vez terminado este plazo, si no hubiese nuevo pacto para nuevo convenio, los empleados de correos, nos regiremos por un convenio sectorial, en el caso de reparto, sería el convenio colectivo estatal de entrega domiciliaria, y en su defecto, por el estatuto de los trabajadores. De esta forma, la empresa adquiere una posición de poder insólita, pudiendo chantajear a los trabajadores y amenazarnos con rebajar dramáticamente nuestros salarios y condiciones laborales si no se firmase un convenio a gusto de la empresa, cuando este estuviera a punto de finalizar. ¿Cómo nos afecta a los trabajadores? Perdiendo derechos, (ver tabla)
¿Por qué a la empresa le interesa? Porque los derechos son caros (son más rentables los esclavos) y en este caso, perderíamos muchos derechos, sin necesidad de que la empresa tuviera que negociar con las OOSS mayoritarias, y si lo hiciera partiría de una posición más fuerte. Por tanto, con el fin de la ultraactividad solo se beneficia una parte (la más fuerte), la empresa quien solo tiene que aguantar sin negociar hasta la fecha de finalización del convenio, para poder imponer un deterioro salvaje en nuestros derechos laborales y salariales. ¿Cómo podemos evitarlo? Exigiendo a nuestros respectivos sindicatos que no decidan por nosotros, que no firmen el convenio sin cláusula de ultraactividad y sin haberlo sometido a referéndum, como se hace en otras empresas. Algo que nos va a afectar directamente a nuestra vida laboral y personal, no es lícito que lo decidan cuatro elementos, amparándose en la representación obtenida en las elecciones sindicales, y haciendo de ello un mal uso, otorgándose carta blanca para firmar lo que les convenga, a costa de nuestros derechos.
Si ellos quieren se puede hacer un referéndum, y si no quieren, habrá que preguntarse por qué.
NO A LA REFORMA LABORAL MANTENGAMOS LA ULTRACTIVIDAD DE LOS CONVENIOS